Esta es la historia de una amiga mía, no la conozco realmente ni siquiera se el nombre de sus padres o su segundo apellido.
La conocí en un momento de desesperación ambas buscábamos ser perfectas… También estaba otra chica, Patri.
Las 3 vivíamos en nuestro mundo, no hacíamos caso a nadie, el no comer era nuestro único pensamiento, daban igual las lagrimas que derramáramos frente al espejo, daban igual las noches sin dormir, daban igual las broncas con nuestros padres… Éramos felices sin comer.
Gracias a Dios Patri recapacitó un poco, quiso salir, y de hecho lucha cada día por ello.
Pero nosotras no, nosotras seguíamos con querer ser perfectas, pero intentamos recapacitar un poco y queríamos alejarnos de este infierno al que muchas chicas llaman vida.
Mas o menos durante todo el verano intentamos salir día tras día, pero era horrible, cada día era eterno, demasiado sentimiento de culpabilidad, más noches sin dormir, más lagrimas derramadas… ¿Dónde nos habíamos metido? Ninguna lo sabíamos.
No podíamos más e intentamos volver.
A día de hoy yo me aferro a los últimos recuerdos que me quedan de ese estilo de vida según unas chicas o de un infierno según otras no quiero desprenderme de ello.
Ana sigue dentro, luchando por ser perfecta.
Patri tiene sus días, pero no quiere volver al infierno por el que pasó.
Ana no soy quien para decirte que dejes esto, yo tampoco quiero, se que cuesta, se que no es fácil, pero se que NO ES IMPOSIBLE-.
Habrá días buenos y días horribles, pero siempre será así.
¿Cuanto tiempo llevas sin sonreír de verdad? Cuanto tiempo sin vivir de verdad?
¿Merece realmente la pena?
Te quiero tal y como eres , y te lo he dicho muchas veces , te prefiero en un vestido de fiesta que en una bata de un hospital.
Por favor SAL.